Como enseñar a los niños a salir de la zona de confort

Desde hace algún tiempo el tema de romper la zona de confort se esta poniendo en boga. Junto a la zona de confort aparecen en nuestro vocabulario habitual otras palabras: reinventarse, renovarse… En definitiva palabras que hablan de cambio como un único camino para alcanzar la consecución de objetivos positivos.

Probablemente estos aires de ‘ aventurarse’ sin miedo hacia el cambio se deban al momento actual que vive nuestra sociedad sumida en una profunda crisis socio-económica. Los ciclos históricos funcionan así: un auge, una crisis, un cambio y una transformación profunda de la sociedad.
Y por eso es el momento de reinventarse, aventurarse y salir de la zona de confort.

No únicamente son los adultos quienes deben evitar establecerse en la zona de confort, sino que también los más niños deben aprender a lidiar en una sociedad cambiante, en constante movimiento y en la que no cabe la posibilidad de acomodarse, porque quizá lo mejor está fuera de la zona de confort.

Y es por ello que desde la primera infancia debemos invitarles a salir de su propia zona de confort. Ayudándoles y acompañándoles pero, en la medida de sus posibilidades, dejándoles actuar por sí mismos.

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Que es la zona de confort

La zona de confort es aquella zona en la que nos asentamos y que, aunque no cumpla exactamente todas nuestras expectativas, nos aporta la seguridad y confianza de saber como funciona todo, librándonos así de enfrentarnos a aquello que desconocemos por temor a que no vaya a ser como deseamos. Es aquello que tenemos que por el simple hecho de ser habitual se convierte en confortable seguro y cómodo aunque quizá no sea lo que más nos conviene .

Aunque se este a gusto en la zona de confort permanecer en ella inihibe el crecimiento ya que es estática y no se avanza. En cambio al salir de ella se buscan nuevos recursos y soluciones a los problemas y ello conlleva un crecimiento y mejora de las capacidades, habilidades y conocimientos.

Como alentar a los niños a emerger de la zona de confort

En primer lugar es necesario evitar sobreproteger a los niños. A mayor autonomía mayor seguridad y menos temor de salir de la zona de confort. Eso no implica que no vayamos a cuidarlos ni a desvivirnos por ellos. Simplemente no hacer por ellos cosas que puedan hacer ellos solitos. Aprender a vestirse, a comer…A veces resulta mucho más cómodo hacerlo nosotros por ellos. Sí les dejamos la cuchara mancharán más, tardarán más pero, sin embargo, también experimentarán y practicarán, aprenderán y aumentará su seguridad.

En definitiva saldrán de la zona de confort y verán recompensados sus esfuerzos porque, para un niño sumido en la primera infancia, los actos que a los adultos nos parecen simples constituyen eso un verdadero esfuerzo a nivel, por ejemplo, de psicomotricidad. El solo hecho de llevarse una cuchara a la boca requiere una precisión y coordinación mano-ojo que a los más pequeños les cuesta. Para ellos resulta un reto y un logro ¡Siempre hay un momento en que se lanzan a intentarlo! Hay que alentarles y apoyarles.

Salir de la zona de confort también implica lanzarse y no temer equivocarse. Los niños más pequeños generalmente lo hacen por sí solos ya que hay una etapa en la que, debido al bajo número de experiencias vividas los hacen mas proclives a intentar hacer cosas nuevas sin temor a no hacerlas bien. Y es esa una etapa crucial en los niños en las que los adultos no debemos intentar poner límites a sus expectativas (a no ser, claro, estas que entrañen riesgos) .
Como adultos debemos tomar conciencia de que equivocarse no es errar sino aprender por sí mismos a través de la propia experiencia. El error entraña un nuevo intento y es allí donde los adultos debemos intervenir alentándoles a que no se rindan, motivándoles, enseñándoles que ellos pueden y que creemos en ellos.

Otro de los aspectos que en los niños esta muy presente es la curiosidad. No hay que poner límites a sus intereses sino animarles y proporcionarles los elementos adecuados para que obtengan respuestas por sí mismos. A nivel de ejemplo: si un niño de 2 años se interesa por las letras o los números no lo limitemos pensando que son poco acordes con la edad. Si el niño se interpela es porque está preparado, solo hay que seguirle el juego. Las letras y los números están en todas partes seguro que habrán mil ocasiones para jugar con ellos: los rótulos de las calles, las letras de una camiseta, los titulares de un periódico….

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Otra manera de salir de la zona de confort en los niños es proponer actividades diferentes que salgan de la monotonía habitual. Yo no digo que no esté bien que cada día lean un cuento antes de dormir, sino que de vez en cuando también es bueno sorprenderles con cosas a las que se tengan que enfrentar y salir de su zona de confort para descubrir que son divertidas.

Otra manera de salir de su zona de confort para los niños es fomentando la toma de decisiones por ejemplo: no siempre debemos decidir que ropa se van a poner o que juguete quieren comprar, o a donde se irá de excursión sino permitirles a ellos que tengan su propia opinión. Cuando son más pequeños por ejemplo no podemos abrir el armario y decir ¿que te quieres poner hoy? porqué el peque quedará inundado en un mar de dudas si lo hacéis enfrentar a una montaña de ropa. Lo que sí es posible es presentar dos conjuntos y preguntarle ¿Cuál prefieres de los dos?, o ¿Qué prefieres el coche o el avión? ¿la playa o la montaña?Todo ha de ser de acorde a la madurez del niño. Así progresivamente irán aumentando su seguridad y se acostumbrarán a resolver por sí mismos algunas situaciones.

En este sentido es importante que las decisiones que les dejemos tomar sean acordes con su nivel de asimilación y su propia capacidad. Es necesario ofrecer un margen de confianza pero no exageremos la situación. Sí les damos una opción demasiado complicada lo único que lograremos es tener a un niño frustrado porqué hemos puesto sobre él expectativas demasiado elevadas. Así que mí consejo es que observéis mucho para saber hasta donde pueden llegar.

Si enseñamos a los niños desde pequeños a salir de su zona de confort estamos propiciando que lleguen a ser personas adultas seguras de sí mismas, independientes y sin limitaciones.

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